2 de noviembre de 2007

Los etarras de Güiria

Este viajero insatisfecho llegó a Güiria en la península de Paria, la zona más noreste de Venezuela, con la intención de viajar desde allí a Trinidad y Tobago, fiándose de lo que había leído en España en Wikipedia, “desde el puerto de Güiria, por estar cerca de las islas, parten embarcaciones pesqueras y otras embarcaciones con destino a Trinidad y Tobago”. Cuando llegó allí, despistado e ignorante, se enteró de que había un único barco semanal y hacía tan solo tres días que había zarpado. Tendría que esperar 4 largas jornadas en esa mediana población que desde un principio sintió abandonada de la mano de Dios -o de Hugo Chávez- y alejada de cualquier punto civilizado, aún disponiendo de uno de los puertos venezolanos más transitado.
En los días que pasó allí, no observó movimiento especial alguno, y cuando se levantaba en la mañana siempre pensaba, “otro día más en esta soporífera plaza”.
En el restaurante del hotelucho donde se hospedaba y delante de un plato de sopa, conoció a un ya maduro navarro, casado con una joven venezolana, con el que charló y bebió varias noches. En una de esas largas veladas, ya con varios cubatas en el cuerpo, el navarrico le señaló a otros dos tipos españoles (se nota cuando, lejos de la tierra, aparece una fisonomía peninsular), para añadir de inmediato, “ni se te ocurra saludarles, son etarras. Nadie sabe nada de su vida excepto que trabajan en el puerto descargando mercancía o haciendo chapuzas”.
Nunca sabrá este viajero-mochilero si eran realmente etarras o fue la reacción coloquial -después de mucho trasiego de copas- de un navarro cabreado con dos jóvenes paisanos.

2 comentarios:

  1. a saber...la gente habla mucho, con copas y sin copas. Un abrazo

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  2. Desde luego yo les hago una foto y luego trato de enterarme. Lo siguiente no te lo cuento porque ya nos darás envidia con la continuación del viaje jajajaja.

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